La creación de objetos de valor artístico es una necesidad inherente a todos los seres humanos en diferentes niveles tanto de expresión como de compromiso con nuestro quehacer diario. El ser humano tiene la capacidad de aprender y acumular conocimiento, en principio para solventar sus necesidades básicas, pero una vez logrado esto tiene toda una vida para utilizar este conocimiento y ampliarlo hasta llegar al punto de aplicarlo ante situaciones inesperadas. La creación artística es una de esas formas en las que el ser humano pone a prueba su conocimiento y lo amplía cada vez más en una escalera de experiencias sin fin determinado…
El hombre hacedor de cultura, con su poder creador logra transformar la naturaleza y darle vida propia al dejar esencias ancestrales, su propia concepción del universo y sus propios mitos plasmados en el muro, en la piedra, en el barro. El hombre todo lo transforma, lo recrea, lo convierte en parte de su ser. Lo aprehende de la naturaleza y a ella lo regresa formando el mito, el ritual. Es el rostro múltiple de los dioses y del hombre mismo, de las esencias abismales del rostro de la vida y de la muerte, obra creadora que rebasa desde el momento mismo de su creación el tiempo y el espacio
